GRAN CANARIA EN SU ENCRUCIJADA (b)

GRAN CANARIA EN SU ENCRUCIJADA (b)

lunes, 12 de marzo de 2007

EL TURISTA EXIGE MÁS CALIDAD







"EL TURISTA EXIGE MÁS CALIDAD"
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“EL TURISTA EXIGE MÁS CALIDAD”
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El encabezamiento de este comentario no es de mi cosecha particular, es el titular con el que el diario de papel “Canarias7” encabeza su información sobre la apertura de la Feria del Turismo de Berlín (la ITB) en su sección de “Economía” del pasado día 8 de marzo, información que va acompañada de una fotografía a todo color de los responsables del turismo canario, incluido el presidente del Gobierno. Esta información, que a ojos de cualquier lector indolente puede pasar como un relato más sobre promoción turística, conlleva tres mensajes relevantes; a saber: A) “El turista exige más calidad”; B) “Cardona [consejero de Turismo del Cabildo y presidente del Patronato de Turismo grancanario] explicó que entre las prioridades está continuar con el proceso de renovación de la planta extrahotelera”; C) “Bermúdez [consejero de Turismo del Cabildo tinerfeño] declaró a ‘Efe’ que Tenerife no quiere tener más camas turísticas”). Estos tres mensajes son de una importancia de tal calibre que merecen y exigen un comentario sobre los mismos con la minuciosidad que permita el espacio que un periódico pueda dedicarle. Los comento por el orden antes expuesto:

A) En la convención de agencias de viajes independientes alemanas (la RTK) que se celebró en Gran Canaria en el mes de noviembre del pasado año, a la que asistieron 650 agentes alemanes, su presidente, Thomas Bosl, hizo unas declaraciones a la prensa, publicadas en la prensa local el día 21 de noviembre, dando a conocer lo que el mercado alemán pedía; transcribo sus palabras publicadas: “....la clave para la recuperación del mercado alemán está en ofrecer al turista alemán infraestructuras hoteleras de calidad”. La Feria de Turismo de Berlín, la ITB, a la que ha asistido la flor y nata de las autoridades turísticas de toda Canarias, incluido el presidente de nuestro Gobierno como ya he mencionado, ha venido a corroborar lo declarado por el señor Bosl de la RTK aquí en Gran Canaria y nuestras primeras autoridades turísticas han podido constatar ‘in situs’, a ‘pie de cantera’, que lo que pide el mercado turístico en general es calidad y es de suponer que nuestras autoridades hayan catado y asimilado ese mensaje en toda la dimensión de la importancia que para Canarias tiene, especialmente para Gran Canaria porque Tenerife lo ha tenido clarísimo desde comienzo de los años noventa.

B) En segundo lugar me ocupo del comentario que ha hecho en Berlín a los medios informativos el consejero de Turismo del Cabildo y presidente del Patronato de Gran Canaria, Juan José Cardona, en el que, entre otras cosas, aboga por la renovación de la planta extrahotelera obsoleta. Por pura lógica, no se puede estar en contra de que todo lo que esté obsoleto dentro de una zona turística que tanto significa para Gran Canaria, tanto en lo privado como en lo público, exige renovación si no se quiere correr el riesgo que contamine de cutrerío a todo su entorno, y si la mayor parte de la planta extrahotelera grancanaria está en esa situación, que lo está, lo sensato es que se anime a sus respectivos propietarios a que la renueven dándoles facilidades administrativas porque pasar de eso a expropiaciones, derribos u otras iniciativas extremas -que no pocos barajan- es pura falacia dentro de un Estado de Derecho como el que disfrutamos en España. Sólo expectativas de negocio empujará a sus propietarios a endeudarse y renovar sus complejos según estén esas expectativas alentadas por la demanda del mercado. A todo esto, el señor Cardona, como planificador de la estrategia comercial de la ‘cosa’ turística grancanaria, y el presidente del Cabildo, señor Soria, como máximo responsable en nuestra Isla de dicha ‘cosa’, quedan inexcusablemente emplazados a hacerse la siguiente pregunta: ¿qué exige el mercado? Ahí tenemos el titular sacado de la ITB berlinesa; no hace falta extenderse más sobre ello. Y ahora otra pregunta: ¿esa calidad que exige el mercado, con qué oferta de calidad pretende el Patronato de Turismo grancanario y el propio Cabildo hacer frente para hacerse merecedora de la demanda y poder contrarrestar la feroz competencia que representa Tenerife para nosotros, además del emergente Marruecos? ¿ Acaso con la renovación de las cien mil camas extrahoteleras obsoletas con que cuenta Gran Canaria? Supongamos que nos colocamos, en el mejor de los casos, en que se pudieran renovar esas cien mil camas extrahoteleras -‘misión’ de por sí imposible por diferentes razones que son de todos conocidas-, ¿entra en los cálculos del consejero de Turismo grancanario satisfacer la demanda de camas hoteleras de alta calidad que exige el mercado con camas extrahoteleras del año catapún renovadas? Milagros hay pero suele ser la Divinidad la que los haga, no cualquier mortal sobre la Tierra.

C) En cuanto al comentario del consejero de Turismo del Cabildo tinerfeño, José Manuel Bermúdez, puede resultar ser la piedra angular de todo esta ‘carajera’ que se tienen montada los políticos canarios a cuenta de la Ley de Directrices o Moratoria al crecimiento turístico. El señor Bermúdez ha dicho a Efe con una claridad meridiana que “Tenerife no quiere tener más camas turísticas”, declaración ésta que viene a confirmar que Tenerife ha alcanzado su techo -por ahora- en su oferta turística en camas de calidad, cosa que no debe extrañar a nadie ya que, según declaraciones del propio señor Bermúdez publicadas en fechas anteriores, Tenerife tiene una oferta de 160.000 camas hoteleras entre regladas y en vías de legalización, casi todas de última generación, precisamente esa calidad que, como han podido vivir las máximas autoridades turísticas canarias en la ITB de Berlín, exige el mercado. Por tanto, está dentro de la lógica y la defensa de sus intereses el postular por medio de ASHOTEL, con su dominante influencia en ATI, el que la Ley de Directrices o Moratoria sea prorrogada tres años más, o ‘sine die’ si con ello siguen protegiendo sus intereses por medio del bloqueo a la entrada de más camas de calidad en el mercado a través de otras islas que puedan significar una competencia seria para la venta de las suyas.

Así las cosas, podemos llegar en este comentario a la conclusión siguiente: si Tenerife con sus 160.000 camas hoteleras no quiere crecer más, muy bien. ¿dónde está el problema de la Moratoria entonces? La cosa es sencilla: una moratoria al crecimiento turístico para Tenerife y asunto resuelto. En ningún caso se les debe permitir que para proteger sus intereses impongan esa moratoria al crecimiento a las islas que no lo necesitan, como es el caso de Gran Canaria.

¿Y con relación a Gran Canaria, qué? Bueno, está demostrado que la pretensión de captar la demanda de calidad que exige el mercado a través de la renovación de las cien mil camas extrahoteleras obsoletas que tiene en oferta es una absoluta utopía y si se pretende que con las 53.000 camas hoteleras que Gran Canaria tiene en oferta, con un porcentaje elevado de las mismas de más de veinte años de antigüedad, pueda competir con éxito con nuestro mayor competidor, Tenerife, y con lo que nos viene encima desde Marruecos que en un quinquenio planean poner en el mercado 600.000 camas de la más alta calidad, es un verdadero disparate. Los políticos grancanarios, todos, no deben permitir bajo ningún concepto que en la Ley de Directrices o Moratoria, de volver a renovarse, sea incluida nuestra Isla y, de serlo a consecuencias de inevitables apaños políticos, los hoteles de cuatro y cinco estrellas tienen que quedar total y absolutamente excluidos de la Moratoria para Gran Canaria y, por supuesto, sólo sujetos al reglamento de dichas categorías y no condicionados a una serie de infraestructuras complementarias con las que sólo unos cuantos grandes promotores pueden cumplir. El PSC grancanario no debe excluirse a sí mismo de esta obligación para con Gran Canaria; ya va siendo hora de que ‘barran’ para su Isla como han hecho siempre y siguen haciéndolo sus homólogos de Tenerife.

Las Palmas de Gran Canaria, 11 de marzo del 2007-03-09
Daniel Garzón Luna
Mismo artículo con información gráfica y viñetas en mi página WEB de Google: http://danielgarzonluna.blogspot.com






lunes, 5 de marzo de 2007

¿TRÁFICO GENERALIZADO DE INFLUENCIAS EN CANARIAS?)

¿TRAFICO GENERALIZADO DE INFLUENCIAS EN CANARIAS?
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No, no creo que haya tráfico de influencias en Canarias a escala demasiado preocupante, o, por lo menos, así lo estimo, aunque no dejo de ser uno más de esos ‘felices’ ciudadanos grancanarios que sólo se entera de las cosas por lo que cuenta la prensa; precisamente a cuento de lo que cuentan los periódicos no hay más remedio que reparar en la portada del diario “Canarias7” del pasado día 27 de febrero que decía, en letras negras y grandes de imposible omisión, lo siguiente: ”EL GOBIERNO QUIERE SACAR 5.600 CAMAS TURÍSTICAS. >>Adjudica a Anfi Tauro 1.700 plazas y a Lopesan 2.631.” También informando que a estas 4.421 camas que serán presentadas por el Gobierno al Parlamento hay que sumarle las 1.184 de Tenerife, correspondientes a los proyectos de la empresa Tropical Turística de Canarias, S.L., en Abama, del grupo Polanco, consistente en un complejo de apartamentos de 700 camas y el proyecto de hotel de 484 camas de la empresa Santones, S.L.

¿Y qué quiere decir, en lo que a Gran Canaria se refiere, que las 4.421 camas que ha aprobado el Gobierno -dentro de las excepciones de la Moratoria- el pasado día 27 de febrero para Gran Canaria sean asignadas a Anfi Tauro del grupo Santana Cazorla y al proyecto de Lopesan en Meloneras, las dos empresas constructoras más potentes que tiene Gran Canaria? Pues que puede resultar extraño para el ciudadano corriente y moliente que sean los dos grandes ‘tiburones’ de la construcción a los que se les adjudique la totalidad de las camas previstas en este ‘reparto’ para Gran Canaria, pudiendo presentársele la interrogante del porqué empresas pequeñas no hubiesen entrado también en dicho ‘reparto’. Esta interrogante ya fue aclarada hace días por el propio presidente del Gobierno. El Gobierno ha adjudica las camas que tenía previsto adjudicar a los proyectos que habían sido presentado, es decir, los dos referidos de Gran Canaria y los dos de Tenerife. (Cae de su propio peso que no puede adjudicar camas a proyectos no presentados). La duda puede seguir prevaleciendo, no obstante, para el ciudadano de a pie porque si hay empresarios con proyectos hoteleros bloqueados en su ejecución por la Moratoria, no se explica que no intenten aprovechar esta posibilidad de desarrollarlos ya que si Gran Canaria tiene, por ejemplo, proyectos pendientes de autorización por un total de 10.000 camas, lo lógico sería que cada empresa probase ‘fortuna’ presentando el suyo; pero no, según las palabras del presidente, sólo lo han presentado las dos empresas citadas. ¿Y cual pueden ser las razones para esta ‘abstención voluntaria’? La respuesta es de lo más simple: el equipo redactor de la Moratoria o Ley de Directrices del Turismo ha impuesto unos condicionantes tan leoninos y de tal calibre, un verdadero nudo gordiano, que sólo grandes empresas con mucho suelo y con equipos jurídicos y técnicos de gran magnitud, comparables casi a los del propio Gobierno, han estado a la altura de deshacer ese ‘nudo’ y entrar en el reparto de la ‘divina dádiva’ de 3.600 camas por año que la Moratoria prevé que se pueden construir en todo el archipiélago.

A todo esto, resulta sorprendente que el equipo técnico y la dirección política que ha ‘cocinado’ la Moratoria, gran parte del cual procede de las filas comunistas de la extinta ICAN, a quienes se les supone y de quienes se espera que en ningún caso diseñen y legislen cerrando las puertas al empresariado pequeño en beneficio del empresario grande, han diseñado un ‘traje’ de tal magnitud que sólo puede entrar dentro de él el empresario de grandes medios económicos y técnicos, creando los condicionantes para lo que talvez denominaría el legendario Sagaseta “la nueva oligarquía política/gran capital canaria”, nacida a la sombra de una moratoria, estranguladora del crecimiento económico de nuestra Isla, impulsada por intereses empresariales turísticos tinerfeños y por los sempiternos amantes grancanarios del intervencionismo y dirigismo de nuestra vida económica, especialmente en todo lo que tiene que ver con el suelo, su fijación permanente. No se quieren enterar que la obsesión que políticos canarios tienen con el territorio les distrae de otros problemas de dimensiones extremas y sangrantes como son, por citar un par de ejemplos, la ausencia de cobertura por parte de nuestra Seguridad Social a los enfermos mentales -que precisa una ley por la vía de urgencia sólo para dar solución a la tragedia que viven los afectados y sus allegados-, así como la pobreza extrema del 24% de nuestra población y el endémico problema del creciente paro. Es imprescindible que el aparato político cree las condiciones favorables precisas para que el dinero ‘se mueva’, cree riqueza y oportunidades para todos. Estas expectativas de mejoras se dan de bruces con la congelación del crecimiento económico del 80% de nuestra economía --que representa el turismo y lo que arrastra- impuesto por la llamada Moratoria.

Insistiendo un poco sobre el suelo, viene a cuento el mencionar aquí que grandes males que aquejan hoy en día a España vienen precisamente de la mano del control exacerbado que el aparato político ejerce sobre el suelo, presión que trae como consecuencias graves, además de los innumerables casos de corrupción que están emponzoñando la vida nacional, la escasez de suelo urbanizado en el mercado que repercute en su precio de forma desorbitada, siendo los mas afectados por este encarecimiento del suelo aquéllos que tienen el proyecto de adquirir una vivienda, especialmente los jóvenes, que ya ven esa meta como ‘misión’ imposible; sólo con relación al concepto vivienda, la liberalización del suelo conllevaría una entrada de suelo debidamente ordenado en el mercado que reduciría el precio de venta de una vivienda en alrededor del 30%, y la ola de corrupción que asola a España por este concepto desaparecería. Ya la Ley del Suelo contempla que todo ciudadano propietario de suelo tiene derecho a ordenarlo, de acuerdo con los cánones establecidos en dicha ley, urbanizarlo y ponerlo en el mercado como suelo urbanizado; sólo hay que permitírselo hacer sin enredos y sin que tenga que ser una prebenda por parte de ningún poder público.

Las Palmas de Gran Canaria, 3 de marzo del 2007.

Daniel Garzón Luna

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