LA MORATORIA TURISTICA: TROPEZAR TRES VECES EN LA MISMA PIEDRA
PRIMER GRAN TROPEZÓN. El día 14 de abril de 2003 el Parlamento de Canarias aprobó por unanimidad la Ley de Directrices o moratoria al crecimiento turístico por un período de tres años. Ya en el 2001 los tribunales canarios (el TSJC) anularon los Decretos del Gobierno de Canarias 4/2001 y el 126/2001, ratificado por el Supremo, que tenían por finalidad congelar la emisión de licencias de construcciones turísticas hasta tanto se terminara la redacción y aprobación de la mentada Ley de Directrices, hecho consumado, como antes citado, en abril de 2003.
Entre los numerosos artículos que he publicado antes y después de la aprobación de la Ley de Directrices en abril del 2003, todos ellos en contra de la congelación de nuestro crecimiento turístico impuesto por dicha ley, ha lugar, dado la situación socio-económica actual, a hacer mención de mi artículo publicado el día 25 de febrero de 2007 en el diario de papel “El Mundo/La Gaceta de Canarias” con el titular “Moratoria: ¿La ‘soga’ política de un presidente? El lector puede que se pregunte: ¿por qué este descarnado titular en interrogante? Tiene su explicación y su argumento y está explicitado a lo largo del contenido del artículo del cual voy a transcribir parte del tercer párrafo:
“……Desarrollo es desarrollo y el país que para su desarrollo entra en un proceso de recesión económica, pérdida de competitividad en los mercados y crecimiento imparable del paro. Esa política nos ha llevado en Canarias a la más que preocupante situación de tener un 18% de ciudadanos por debajo del umbral de la pobreza hace cuatro años [abril del 2003] a tener en la actualidad [febrero del 2007] el 24% de nuestra población en esa situación y de tener 92.000 parados en abril de 2003 a tener 130.000 en la actualidad [febrero de 2007]……..”
Y ahora la pregunta inevitable: ¿lo denunciado en mis numerosos artículos publicados ya antes de la aprobación de la Ley de Directrices en abril de 2003 en contra de su implantación, y, después de la aprobación de la Ley, el ya citado publicado el 25 de febrero del 2007 en el diario “El Mundo/La Gaceta de Canarias”, estaban fundamentados en la realidad o eran simples fantasías? La respuesta nos la da el análisis de las consecuencias altamente negativas que en varios ámbitos, todos de la máxima importancia para el desarrollo económico de Gran Canaria, ya se han producido desde el inicio de la ‘campaña moratoriana’ desde el 2001 hacia el momento actual para poder enjuiciar por hechos reales esas consecuencias. Veamos:
Comenzaré por plantear una pregunta genérica y simplista, que hoy está en el orden del día de todos los medios de comunicación: ¿tiene el crecimiento económico de cualquier autonomía o país una influencia de importancia en la vida de todos sus ciudadanos? La respuesta es, con rotundidad, afirmativa; no sólo tiene influencia en la vida de todos los ciudadanos sino que sus dirigentes, aquéllos verdaderamente responsables en el desempeño de sus cometidos en buscar y dar soluciones a los problemas de sus respectivas ciudadanías, cuando las expectativas de crecimiento no se cumplen y bajan las previsiones del mismo se echan a temblar porque son muy conscientes de la repercusión demoledora que un estancamiento o un receso en el crecimiento económico tiene en la totalidad de la sociedad, especialmente en los más desfavorecidos como son los que están en la lista de espera para un puesto de trabajo, los que ingresan en esa lista de parados por recortes de plantillas, o incluso cierre de empresas, y toda la gama de profesionales independientes, comerciantes y fabricantes que se ven afectados de forma muy relevante, drásticamente en no pocos casos, en el montante de sus contratos de prestación de servicios o ventas por el retraimiento de la ciudadanía en el consumo y el emprender nuevos proyectos.
Por tanto, siendo el crecimiento económico sostenido la clave de la creación de riqueza y oportunidades de empleo, y, por consiguiente, bienestar, no hay más remedio que hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que en Canarias se apostase ya en el año 2001, con materialización vía ley en el 2003, de forma tan resoluta por una congelación drástica del crecimiento de los sectores turismo y construcción, el binomio que representa casi el 80% de nuestra economía? Dentro de los cánones que rigen la economía de mercado que impera en Occidente es de difícil o imposible comprensión y justificación. Ningún economista versado en la economía de Occidente se molestaría en buscar un soporte racional, dentro del contexto de la economía, para justificar semejante iniciativa, por la simple razón que no lo encontraría. Como prueba fehaciente de los efectos negativos de los tres primeros años en vigor de la Ley de Directrices del 2003 cito los siguientes:
COMPETITIVIDAD EN LOS MERCADOS TURÍSTICOS.
Cuando se produjo la aprobación parlamentaria de la Ley de Directrices nuestra Comunidad Autónoma tenía una oferta de camas hoteleras, la más demandada en el mercado turístico, en Gran Canaria y Tenerife (sólo tomo estas dos islas como ejemplo por cuestión de espacio) era la siguiente:
GRAN CANARIA
Año 1997: entrada de turistas extranjeros: 1.772.281; camas hoteleras: 30.288 (1)
Año 2007: entrada de turistas extranjeros: 2.715.027; camas hoteleras: 47.853 (1)
Aumento desde el 1997 al 2007: visitantes extran.: 942.746; camas hoteleras: 17.565
TENERIFE
Año 1997: entrada de turistas extranjeros: 1.632.178; camas hoteleras: 51.598 (1)
Año 2007: entrada de turistas extranjeros: 3.412.139; camas hoteleras: 84.783 (1)
Aumento desde el 1997 al 2007: visitantes extran.: 1.779.961; camas hoteleras: 33.185
(1) FUENTE: Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias (Las cuantiosas camas hoteleras no regladas, aquí no incluidas, se encuentran casi en su totalidad en Tenerife).
Como podemos ver, aunque ya en el año 1997 Tenerife superaba en camas hoteleras a Gran Canaria, nosotros le superábamos en la recepción de turistas extranjeros; ya a la altura del 2007, no obstante, la oferta de camas hoteleras de Gran Canaria es de ¡36.930! camas menos, es decir, casi nos duplican el número de camas hoteleras y recibían alrededor de un millón de turistas más si se le suman los turistas peninsulares, mercado del que por cada peninsular que escoja Gran Canaria para pasar sus vacaciones cuatro van a Tenerife, no incluidos en las estadísticas de la Consejería de Turismo. Si tenemos en cuenta que la cama hotelera es, y seguirá siéndolo presumiblemente de por siempre, la más demandada en los mercados turísticos, está más que claro que las posibilidades de poder competir con éxito con Tenerife, nuestro competidor de más relieve hasta que Marruecos entre en el mercado con oferta masiva, son pura quimera. En resumen, la congelación de nuestro crecimiento de camas de calidad a través de las permanentes trabas administrativas ha imposibilitado el que pudiéramos ponernos al día en lo demandado por el mercado turístico, la cama hotelera de calidad, y hemos perdido competitividad en un grado tal que será casi imposible recuperarnos.
DESEMPLEO EN NUESTRA COMUNIDAD AUTÓNOMA.
En abril de 2003, fecha en que entró en vigor la Ley de Directrices, las listas del paro en la Comunidad Autónoma reflejaban 92.000 personas; tres años después de entrar en vigor dicha Ley, en abril del 2006, la cifra del paro rondaba ya las 130.000, es decir, en los tres años en vigor de la mentada Ley el paro se había incrementado en unas 35.000 personas.
INVERSIONES EN CANARIAS.
Sobre las inversiones en Canarias merece consideración aparte la isla de Gran Canaria que es la más duramente castigada por la congelación de su crecimiento económico, tanto en la vertiente de la competitividad turística como la del empleo, pero se puede afirmar que, salvo contadísimas excepciones, no se han producido inversiones de relieve durante la vigencia de la Ley de Directrices e, incluso, el mundo empresarial e inversionista canario se ha visto impelido a colocar sus excedentes -no la RIC- en otros países fuera del contexto canario y, en lo que se refiere a inversiones foráneas en el sector turístico han brillado por su ausencia debido a dos factores básicos: la infranqueable tela de araña administrativa creada con la Ley de Directrices que ha enredado todas las disposiciones a cumplir para desarrollar un proyecto turístico y la inseguridad jurídica que, vista en el contexto del resto de Europa, alucina. Vivimos casos en que cualquier grupito de concejales, escribidos y leídos, reunidos en el chiringuito de la esquina, tachan de un plumazo cualquier Planeamiento urbanístico que ha tardado años y cifras millonarias el conseguir su aprobación en un larguísimo peregrinaje a través de las distintas administraciones.
SEGUNDO GRAN TROPEZÓN
LA PRÓRROGA AUTOMÁTICA DE LA LEY DE DIRECTRICES VÍA DISPOSICIÓN TRANSITORIA. Esta Ley, que preveía una duración de tres años a menos que al finalizar los mismos fuese finiquitada o prorrogada por otro período de tiempo a determinar, no fue ni finiquitada ni prorrogada por tiempo alguno por el Gobierno de Adán Martín, bien por omisión o por intención, al terminar su período de vigencia por lo que, automáticamente, entró en vigor su disposición transitoria que mantuvo su vigencia, dentro de un vacío jurídico casi total, por tiempo indefinido, entrando entonces el binomio construcción-turismo, los sectores que representan la columna vertebral de Canarias, en el más absoluto crecimiento cero, pero, especialmente, en Gran Canaria. Si bien hay que significar que durante los tres años de duración de la Ley de Directrices del 2003 la actividad del binomio seguía marchando por la inercia que originó la ejecución de las licencias que propietarios de suelo tuvieron que sacar a calzón caído antes de su aprobación en el Parlamento, construyeron movidos por el temor de perder las licencias pues el mercado no demandaba ese aumento de camas en ese momento, al terminar el período de los tres años no quedaban ya proyectos de ningún tipo con licencia pendiente de ejecución y se entró en el más puro y duro crecimiento cero, que es el que impera en la actualidad y, dicho sea de paso, muy aplaudido por los defensores del ‘ni una cama más’.
TERCERO Y GRAN TROPEZÓN (EN CIERNES)
PRORROGACIÓN DE LA LEY DE DIRECTRICES POR TRES AÑOS MÁS. El actual Gobierno de Canarias ya ha sacado a información pública el anteproyecto de prorrogación por tres años más de la Ley de Directrices que será aprobada por el Parlamente canario, presumiblemente, antes de finalizar el año actual. Esta nueva Ley de Directrices, aunque aún en proyecto, es, salvo algunas matizaciones, más de lo mismo, es decir, una continuidad del intervencionismo y dirigismo de la actividad económica que sustenta casi el 80% del PIB de Canarias. Y ahora la pregunta que cabe hacerse puede ser la siguiente: ¿está la situación socio-económica de Canarias tan boyante en la actualidad que le permite seguir manteniendo artificialmente un crecimiento cero de los sectores que representan casi el 80% de su PIB? Si cuando entró en vigor la primera Ley de Directrices en el 2003 la Comunidad canaria tenía 92.000 personas en las listas del paro, en el año 2006, tres años más tarde, tenía alrededor de 130.000, y en la actualidad, dos años y tres meses de continuidad de la Ley de Directrices por su disposición transitoria, tiene 176.000. Por si fuera poco, el propio presidente de nuestro Gobierno actual vaticina que para final de año tendremos 200.000 parados, más del doble de los que había en el 2003. ¿Cómo es posible que a alguien se le pueda pasar por la cabeza el seguir manteniendo congelado por ley la actividad que representa nuestro crecimiento económico básico? ¡Inaudito! Los economistas del mundo entero que tienen hoy ante sí el buscar fórmulas que hagan posible el frenar la caída libre del crecimiento económico de sus respectivos países nos dirían, si estuviesen al tanto de nuestras actividades moratorianas, que en Canarias estamos locos de atar.
En lo que a nuestra competitividad en los mercados turísticos se refiere, está ya más que demostrado que la manoseada rehabilitación de la planta extrahotelera de Maspalomas-Costa Canaria, que representa alrededor de las 80.000 camas, no solucionará en lo más mínimo la demanda del mercado que está centrado en la cama hotelera de calidad con complementos de ocio. Gran Canaria, con una oferta de camas hoteleras de unas 53.000 en la actualidad, muchas con mucha antigüedad y limitadas en su oferta de ocio, no puede competir con éxito con lo que hoy en día ofrecen los destinos turísticos en el mercado, especialmente con nuestro gran competidor que es nuestra isla vecina de Tenerife. Ante esta situación, ¿cómo se puede mantener congelado el crecimiento, especialmente en Gran Canaria, de este tipo de establecimientos turísticos? ¿Ha pensado alguien de nuestros dirigentes grancanarios dónde piensan que podrán encontrar empleo los muchos trabajadores que están quedando ociosos por el cierre de establecimientos extrahoteleros? Si la actividad extrahotelera ha perdido demanda a gran escala, es inevitable que mande trabajadores al paro y esos sólo pueden ser absorbidos por la actividad que sí tiene demanda: la hotelera.
CONCLUSIONES
El mundo está inmerso en una crisis económica de mucho calado y España, lógicamente, también; esto puede significar a muy corto plazo crecimiento cero e, incluso, recesión en el crecimiento económico. Canarias, por supuesto, está dentro del contexto económico de España y Occidente y no podrá escaparse de sus efectos por lo que esa recesión nos alcanzará aunque para nosotros en Canarias ya hay una gran diferencia con relación al resto de España, por citar un ejemplo dentro de Europa: aquí en Canarias, especialmente en Gran Canaria, no va a llover sobre mojado sino que va a llover sobre un suelo más que empapado porque nosotros, aquí, ya ‘disfrutamos’ desde el 2006, cuando terminaron los tres primeros años de vigencia de la Ley de Directrices, el crecimiento cero de los sectores básicos de nuestra economía: turismo-construcción.
DECISIONES QUE DEBERIAN SER TOMADAS
A) Derogación inmediata de la Ley de Directrices o Moratoria turística, así como desactivación de todos los resortes obstruccionistas que dicha Ley ha impuesto y mantienen bloqueados a todos los planes urbanísticos de todo tipo de actividad en Canarias y, especialmente, en Gran Canaria.
B) Meter en una vitrina-sarcófago una copia completa de la Ley de Directrices, ilustración gráfica incluidas tal y como figura en el BOC, acompañada de las 176.000 firmas de las personas existentes en la actualidad en las litas del paro, además de las personas allegadas a ellas que padecen la penuria de esa situación -el drama de la persona en paro afecta, como mínimo, a dos personas más, lo que significa unas 528.000, ¡el 26% de la población de Canarias!, de los que su gran mayoría dio su voto, un cheque en blanco, al PSC para que solucionara su problema de falta de trabajo- en el espacio adecuado del Parlamento de Canarias, con el epitafio, en rojo recalcitrante, de: “Aquí yace la Ley de Directrices. Nunca jamás volverá Canarias a tropezar en esta piedra”.<br />C) En lo que específicamente a Gran Canaria se refiere, la misma vitrina-sarcófago deberá ser colocada en el espacio adecuado del Cabildo grancanario con el epitafio: “Aquí yace la Ley de Directrices. Nunca jamás permitirá este Cabildo que Gran Canaria tropiece en esta piedra.”
Las Palmas de Gran Canaria, 12 de julio de 2008.
Daniel Garzón Luna
Mismo artículo con ilustración gráfica en mis páginas WEB: http://spaces.msn.com/members/zxcvbn14 y http://danielgarzonluna.blogspot.com/
PRIMER GRAN TROPEZÓN. El día 14 de abril de 2003 el Parlamento de Canarias aprobó por unanimidad la Ley de Directrices o moratoria al crecimiento turístico por un período de tres años. Ya en el 2001 los tribunales canarios (el TSJC) anularon los Decretos del Gobierno de Canarias 4/2001 y el 126/2001, ratificado por el Supremo, que tenían por finalidad congelar la emisión de licencias de construcciones turísticas hasta tanto se terminara la redacción y aprobación de la mentada Ley de Directrices, hecho consumado, como antes citado, en abril de 2003.
Entre los numerosos artículos que he publicado antes y después de la aprobación de la Ley de Directrices en abril del 2003, todos ellos en contra de la congelación de nuestro crecimiento turístico impuesto por dicha ley, ha lugar, dado la situación socio-económica actual, a hacer mención de mi artículo publicado el día 25 de febrero de 2007 en el diario de papel “El Mundo/La Gaceta de Canarias” con el titular “Moratoria: ¿La ‘soga’ política de un presidente? El lector puede que se pregunte: ¿por qué este descarnado titular en interrogante? Tiene su explicación y su argumento y está explicitado a lo largo del contenido del artículo del cual voy a transcribir parte del tercer párrafo:
“……Desarrollo es desarrollo y el país que para su desarrollo entra en un proceso de recesión económica, pérdida de competitividad en los mercados y crecimiento imparable del paro. Esa política nos ha llevado en Canarias a la más que preocupante situación de tener un 18% de ciudadanos por debajo del umbral de la pobreza hace cuatro años [abril del 2003] a tener en la actualidad [febrero del 2007] el 24% de nuestra población en esa situación y de tener 92.000 parados en abril de 2003 a tener 130.000 en la actualidad [febrero de 2007]……..”
Y ahora la pregunta inevitable: ¿lo denunciado en mis numerosos artículos publicados ya antes de la aprobación de la Ley de Directrices en abril de 2003 en contra de su implantación, y, después de la aprobación de la Ley, el ya citado publicado el 25 de febrero del 2007 en el diario “El Mundo/La Gaceta de Canarias”, estaban fundamentados en la realidad o eran simples fantasías? La respuesta nos la da el análisis de las consecuencias altamente negativas que en varios ámbitos, todos de la máxima importancia para el desarrollo económico de Gran Canaria, ya se han producido desde el inicio de la ‘campaña moratoriana’ desde el 2001 hacia el momento actual para poder enjuiciar por hechos reales esas consecuencias. Veamos:
Comenzaré por plantear una pregunta genérica y simplista, que hoy está en el orden del día de todos los medios de comunicación: ¿tiene el crecimiento económico de cualquier autonomía o país una influencia de importancia en la vida de todos sus ciudadanos? La respuesta es, con rotundidad, afirmativa; no sólo tiene influencia en la vida de todos los ciudadanos sino que sus dirigentes, aquéllos verdaderamente responsables en el desempeño de sus cometidos en buscar y dar soluciones a los problemas de sus respectivas ciudadanías, cuando las expectativas de crecimiento no se cumplen y bajan las previsiones del mismo se echan a temblar porque son muy conscientes de la repercusión demoledora que un estancamiento o un receso en el crecimiento económico tiene en la totalidad de la sociedad, especialmente en los más desfavorecidos como son los que están en la lista de espera para un puesto de trabajo, los que ingresan en esa lista de parados por recortes de plantillas, o incluso cierre de empresas, y toda la gama de profesionales independientes, comerciantes y fabricantes que se ven afectados de forma muy relevante, drásticamente en no pocos casos, en el montante de sus contratos de prestación de servicios o ventas por el retraimiento de la ciudadanía en el consumo y el emprender nuevos proyectos.
Por tanto, siendo el crecimiento económico sostenido la clave de la creación de riqueza y oportunidades de empleo, y, por consiguiente, bienestar, no hay más remedio que hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que en Canarias se apostase ya en el año 2001, con materialización vía ley en el 2003, de forma tan resoluta por una congelación drástica del crecimiento de los sectores turismo y construcción, el binomio que representa casi el 80% de nuestra economía? Dentro de los cánones que rigen la economía de mercado que impera en Occidente es de difícil o imposible comprensión y justificación. Ningún economista versado en la economía de Occidente se molestaría en buscar un soporte racional, dentro del contexto de la economía, para justificar semejante iniciativa, por la simple razón que no lo encontraría. Como prueba fehaciente de los efectos negativos de los tres primeros años en vigor de la Ley de Directrices del 2003 cito los siguientes:
COMPETITIVIDAD EN LOS MERCADOS TURÍSTICOS.
Cuando se produjo la aprobación parlamentaria de la Ley de Directrices nuestra Comunidad Autónoma tenía una oferta de camas hoteleras, la más demandada en el mercado turístico, en Gran Canaria y Tenerife (sólo tomo estas dos islas como ejemplo por cuestión de espacio) era la siguiente:
GRAN CANARIA
Año 1997: entrada de turistas extranjeros: 1.772.281; camas hoteleras: 30.288 (1)
Año 2007: entrada de turistas extranjeros: 2.715.027; camas hoteleras: 47.853 (1)
Aumento desde el 1997 al 2007: visitantes extran.: 942.746; camas hoteleras: 17.565
TENERIFE
Año 1997: entrada de turistas extranjeros: 1.632.178; camas hoteleras: 51.598 (1)
Año 2007: entrada de turistas extranjeros: 3.412.139; camas hoteleras: 84.783 (1)
Aumento desde el 1997 al 2007: visitantes extran.: 1.779.961; camas hoteleras: 33.185
(1) FUENTE: Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias (Las cuantiosas camas hoteleras no regladas, aquí no incluidas, se encuentran casi en su totalidad en Tenerife).
Como podemos ver, aunque ya en el año 1997 Tenerife superaba en camas hoteleras a Gran Canaria, nosotros le superábamos en la recepción de turistas extranjeros; ya a la altura del 2007, no obstante, la oferta de camas hoteleras de Gran Canaria es de ¡36.930! camas menos, es decir, casi nos duplican el número de camas hoteleras y recibían alrededor de un millón de turistas más si se le suman los turistas peninsulares, mercado del que por cada peninsular que escoja Gran Canaria para pasar sus vacaciones cuatro van a Tenerife, no incluidos en las estadísticas de la Consejería de Turismo. Si tenemos en cuenta que la cama hotelera es, y seguirá siéndolo presumiblemente de por siempre, la más demandada en los mercados turísticos, está más que claro que las posibilidades de poder competir con éxito con Tenerife, nuestro competidor de más relieve hasta que Marruecos entre en el mercado con oferta masiva, son pura quimera. En resumen, la congelación de nuestro crecimiento de camas de calidad a través de las permanentes trabas administrativas ha imposibilitado el que pudiéramos ponernos al día en lo demandado por el mercado turístico, la cama hotelera de calidad, y hemos perdido competitividad en un grado tal que será casi imposible recuperarnos.
DESEMPLEO EN NUESTRA COMUNIDAD AUTÓNOMA.
En abril de 2003, fecha en que entró en vigor la Ley de Directrices, las listas del paro en la Comunidad Autónoma reflejaban 92.000 personas; tres años después de entrar en vigor dicha Ley, en abril del 2006, la cifra del paro rondaba ya las 130.000, es decir, en los tres años en vigor de la mentada Ley el paro se había incrementado en unas 35.000 personas.
INVERSIONES EN CANARIAS.
Sobre las inversiones en Canarias merece consideración aparte la isla de Gran Canaria que es la más duramente castigada por la congelación de su crecimiento económico, tanto en la vertiente de la competitividad turística como la del empleo, pero se puede afirmar que, salvo contadísimas excepciones, no se han producido inversiones de relieve durante la vigencia de la Ley de Directrices e, incluso, el mundo empresarial e inversionista canario se ha visto impelido a colocar sus excedentes -no la RIC- en otros países fuera del contexto canario y, en lo que se refiere a inversiones foráneas en el sector turístico han brillado por su ausencia debido a dos factores básicos: la infranqueable tela de araña administrativa creada con la Ley de Directrices que ha enredado todas las disposiciones a cumplir para desarrollar un proyecto turístico y la inseguridad jurídica que, vista en el contexto del resto de Europa, alucina. Vivimos casos en que cualquier grupito de concejales, escribidos y leídos, reunidos en el chiringuito de la esquina, tachan de un plumazo cualquier Planeamiento urbanístico que ha tardado años y cifras millonarias el conseguir su aprobación en un larguísimo peregrinaje a través de las distintas administraciones.
SEGUNDO GRAN TROPEZÓN
LA PRÓRROGA AUTOMÁTICA DE LA LEY DE DIRECTRICES VÍA DISPOSICIÓN TRANSITORIA. Esta Ley, que preveía una duración de tres años a menos que al finalizar los mismos fuese finiquitada o prorrogada por otro período de tiempo a determinar, no fue ni finiquitada ni prorrogada por tiempo alguno por el Gobierno de Adán Martín, bien por omisión o por intención, al terminar su período de vigencia por lo que, automáticamente, entró en vigor su disposición transitoria que mantuvo su vigencia, dentro de un vacío jurídico casi total, por tiempo indefinido, entrando entonces el binomio construcción-turismo, los sectores que representan la columna vertebral de Canarias, en el más absoluto crecimiento cero, pero, especialmente, en Gran Canaria. Si bien hay que significar que durante los tres años de duración de la Ley de Directrices del 2003 la actividad del binomio seguía marchando por la inercia que originó la ejecución de las licencias que propietarios de suelo tuvieron que sacar a calzón caído antes de su aprobación en el Parlamento, construyeron movidos por el temor de perder las licencias pues el mercado no demandaba ese aumento de camas en ese momento, al terminar el período de los tres años no quedaban ya proyectos de ningún tipo con licencia pendiente de ejecución y se entró en el más puro y duro crecimiento cero, que es el que impera en la actualidad y, dicho sea de paso, muy aplaudido por los defensores del ‘ni una cama más’.
TERCERO Y GRAN TROPEZÓN (EN CIERNES)
PRORROGACIÓN DE LA LEY DE DIRECTRICES POR TRES AÑOS MÁS. El actual Gobierno de Canarias ya ha sacado a información pública el anteproyecto de prorrogación por tres años más de la Ley de Directrices que será aprobada por el Parlamente canario, presumiblemente, antes de finalizar el año actual. Esta nueva Ley de Directrices, aunque aún en proyecto, es, salvo algunas matizaciones, más de lo mismo, es decir, una continuidad del intervencionismo y dirigismo de la actividad económica que sustenta casi el 80% del PIB de Canarias. Y ahora la pregunta que cabe hacerse puede ser la siguiente: ¿está la situación socio-económica de Canarias tan boyante en la actualidad que le permite seguir manteniendo artificialmente un crecimiento cero de los sectores que representan casi el 80% de su PIB? Si cuando entró en vigor la primera Ley de Directrices en el 2003 la Comunidad canaria tenía 92.000 personas en las listas del paro, en el año 2006, tres años más tarde, tenía alrededor de 130.000, y en la actualidad, dos años y tres meses de continuidad de la Ley de Directrices por su disposición transitoria, tiene 176.000. Por si fuera poco, el propio presidente de nuestro Gobierno actual vaticina que para final de año tendremos 200.000 parados, más del doble de los que había en el 2003. ¿Cómo es posible que a alguien se le pueda pasar por la cabeza el seguir manteniendo congelado por ley la actividad que representa nuestro crecimiento económico básico? ¡Inaudito! Los economistas del mundo entero que tienen hoy ante sí el buscar fórmulas que hagan posible el frenar la caída libre del crecimiento económico de sus respectivos países nos dirían, si estuviesen al tanto de nuestras actividades moratorianas, que en Canarias estamos locos de atar.
En lo que a nuestra competitividad en los mercados turísticos se refiere, está ya más que demostrado que la manoseada rehabilitación de la planta extrahotelera de Maspalomas-Costa Canaria, que representa alrededor de las 80.000 camas, no solucionará en lo más mínimo la demanda del mercado que está centrado en la cama hotelera de calidad con complementos de ocio. Gran Canaria, con una oferta de camas hoteleras de unas 53.000 en la actualidad, muchas con mucha antigüedad y limitadas en su oferta de ocio, no puede competir con éxito con lo que hoy en día ofrecen los destinos turísticos en el mercado, especialmente con nuestro gran competidor que es nuestra isla vecina de Tenerife. Ante esta situación, ¿cómo se puede mantener congelado el crecimiento, especialmente en Gran Canaria, de este tipo de establecimientos turísticos? ¿Ha pensado alguien de nuestros dirigentes grancanarios dónde piensan que podrán encontrar empleo los muchos trabajadores que están quedando ociosos por el cierre de establecimientos extrahoteleros? Si la actividad extrahotelera ha perdido demanda a gran escala, es inevitable que mande trabajadores al paro y esos sólo pueden ser absorbidos por la actividad que sí tiene demanda: la hotelera.
CONCLUSIONES
El mundo está inmerso en una crisis económica de mucho calado y España, lógicamente, también; esto puede significar a muy corto plazo crecimiento cero e, incluso, recesión en el crecimiento económico. Canarias, por supuesto, está dentro del contexto económico de España y Occidente y no podrá escaparse de sus efectos por lo que esa recesión nos alcanzará aunque para nosotros en Canarias ya hay una gran diferencia con relación al resto de España, por citar un ejemplo dentro de Europa: aquí en Canarias, especialmente en Gran Canaria, no va a llover sobre mojado sino que va a llover sobre un suelo más que empapado porque nosotros, aquí, ya ‘disfrutamos’ desde el 2006, cuando terminaron los tres primeros años de vigencia de la Ley de Directrices, el crecimiento cero de los sectores básicos de nuestra economía: turismo-construcción.
DECISIONES QUE DEBERIAN SER TOMADAS
A) Derogación inmediata de la Ley de Directrices o Moratoria turística, así como desactivación de todos los resortes obstruccionistas que dicha Ley ha impuesto y mantienen bloqueados a todos los planes urbanísticos de todo tipo de actividad en Canarias y, especialmente, en Gran Canaria.
B) Meter en una vitrina-sarcófago una copia completa de la Ley de Directrices, ilustración gráfica incluidas tal y como figura en el BOC, acompañada de las 176.000 firmas de las personas existentes en la actualidad en las litas del paro, además de las personas allegadas a ellas que padecen la penuria de esa situación -el drama de la persona en paro afecta, como mínimo, a dos personas más, lo que significa unas 528.000, ¡el 26% de la población de Canarias!, de los que su gran mayoría dio su voto, un cheque en blanco, al PSC para que solucionara su problema de falta de trabajo- en el espacio adecuado del Parlamento de Canarias, con el epitafio, en rojo recalcitrante, de: “Aquí yace la Ley de Directrices. Nunca jamás volverá Canarias a tropezar en esta piedra”.<br />C) En lo que específicamente a Gran Canaria se refiere, la misma vitrina-sarcófago deberá ser colocada en el espacio adecuado del Cabildo grancanario con el epitafio: “Aquí yace la Ley de Directrices. Nunca jamás permitirá este Cabildo que Gran Canaria tropiece en esta piedra.”
Las Palmas de Gran Canaria, 12 de julio de 2008.
Daniel Garzón Luna
Mismo artículo con ilustración gráfica en mis páginas WEB: http://spaces.msn.com/members/zxcvbn14 y http://danielgarzonluna.blogspot.com/