GRAN CANARIA EN SU ENCRUCIJADA (y LXXVIII - 78-)
LA ESPAÑA DE LAS AUTONOMÍAS ANTE LA OTAN
La conocida OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte, fue fundada en 1948 por Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y el Reino Unido. Más tarde se le unirían otras naciones como, por ejemplo, los EEUU en 1949 a través del Tratado de Washington que marcó y consolidó un potente bloque de unión defensiva ante la creciente amenaza del expansionismo comunista de La Unión Soviética que, después del Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua, llamado Pacto de Varsovia, firmado en 1955,se le denominaría Unión de Repúblicas Socialistas, la URRSS, que aglutinó las naciones socialistas bajo la batuta bolchevique y a cuya unión se la denominó de forma usual Bloque del Este. La amenaza de un enfrentamiento entre el Este y el Oeste se convirtió en el plato de cada día. Los años que siguieron se caracterizaron por un peligroso enfrentamiento dialéctico entre los dos colosos, llamada la Guerra Fría, que tuvo etapas muy álgidas con acentuado peligro de confrontación militar como fueron, por ejemplo, el Golpe de Praga en febrero de 1948 y el Bloqueo de Berlín por tierra desde junio de 1948 hasta mayo de 1949. Hubo mucho derramamiento de sangre en el Golpe de Praga por parte de la población civil checa pero ahí quedó la cosa, los ‘revoltosos’ fueron aplastados por carros de combate rusos y punto. En el caso de Berlín fue una situación tremendamente angustiosa porque la población del Berlín Occidental, varios millones de habitantes, tuvo que ser suministrada por aire por el llamado PUENTE AÉREO durante once meses que duró el bloqueo. Toda una epopeya protagonizada por héroes del aire que incansablemente volaron, volaron y volaron -900 vuelos al día que llegaron a transportar 9.000 toneladas de géneros diariamente- por los tres corredores aéreos marcados para las tres potencias occidentales en la partición de Berlín a la derrota de Alemania. Dieron la talla los pilotos norteamericanos y británicos. Los franceses también aportaron su granito de arena, en la medida de sus escasas posibilidades. Berlín erigió un merecido monumento a estos héroes del aire que esta vez, en lugar de arrojar bombas incendiarias sobre Berlín llevaban lo necesario para que millones de habitantes no murieran de hambre. ‘Chapó’ a estos héroes por la labor realizada, verdaderamente de titanes. Alrededor de 65 quedaron en el camino a consecuencia de accidentes aéreos, tributo previsible en un tráfico tan continuado a la altura de 3.000 metros obligada por el Tratado (espacio aéreo de turbulencias casi permanentes en esas latitudes) y con la amenaza de los Migs de combate soviéticos avisándoles del peligro de salirse del Pasillo Aéreo asignado. Si estos héroes no hubiesen estado a la altura de las circunstancias y sus superiores dispuestos a cumplir a rajatablas con el compromiso de abastecer a Berlín por aire, la confrontación bélica entre los dos Bloques habría sido inevitable porque el desabastecimiento de Berlín Occidental habría entregado a su población a los soviéticos por pura supervivencia. Aquí viene a cuento el repetir las palabras de Winston Churchil: “Nunca tan pocos hicieron tanto por tantos” (Se refería a los pilotos británicos que hicieron un esfuerzo titánico en la llamada “Batalla de Inglaterra” pero es también de aplicación en el caso del “Puente Aéreo” porque evitaron, ni más ni menos, que la confrontación armada entre el Este y el Oeste, que habría sido aún peor que la contienda que acababa de terminar).
Esta gesta de los pilotos norteamericanos y británicos ayudaron a enjugar algo la tremenda mancha que vertieron sobre ambas fuerzas aéreas los que planificaron y protagonizaron el bombardeo sobre Dresde el 13 y 14 de febrero de 1945, casi dos meses antes de la firma de la capitulación de Alemania sin condiciones el 7 de mayo de 1945, en cuyo día 13 a las 22,15 horas una oleada de 245 bombarderos Lancaster y otra oleada a la 1,30 horas de 550 bombarderos (Lancaster, Liberatos y B17) dejan la ciudad totalmente en llamas lanzando en ambas oleadas 650 mil bombas incendiarias y 1.477 toneladas de bombas explosivas.(las dos oleadas británicas). Pero eso no fue todo lo de esta barbarie pues a las 12,12 horas del día 14, unas 14 horas más tarde, una nueva oleada de 1.359 bombarderos ¡1.359!(esta oleada norteamericana compuesta por Fortalezas Volantes y Lancaster) lanza 474 toneladas de bombas explosivas y 296 toneladas de bombas incendiarias que desintegraron por el calor de miles de grados a entre ciento cincuenta mil y trescientas mil personas y dejaron a la ciudad convertida en un infierno aunque ni siquiera el infierno puede ser semejante a tal ‘cosa’. Así fue aniquilada Dresde, la ciudad cultural alemana por excelencia que se mantuvo incólume durante toda la guerra hasta la citada fecha precisamente porque nunca fue un objetivo militar por no albergar ningún tipo de fábrica de producción de armas u otro tipo de actividad de utilidad bélica. En el tiempo de 14 horas Dresde sufrió el más bárbaro genocidio de guerra que exterminó y volatizó a más personas en el más corto espacio de tiempo de toda la guerra. Ha sido imposible determinar su número porque Dresde estaba repleta de refugiados, viejos, mujeres y niños que venían huyendo del avance de la vengadora soldadesca rusa, una verdadera horda de ‘Atilas’ siberianos-mongólicos con una sed de venganza insaciable por los horrendos crímenes cometidos por el Nazismo en suelo ruso, por lo que resulta imposible aproximarse al número exacto de personas masacradas y volatizadas. Se puede aseverar sin el más mínimo margen de duda que el genocidio de Dresde fue el mayor exterminio de personas civiles en el más corto espacio de tiempo cometido en la Segunda Guerra Mundial sin la más mínima justificación de estrategia militar pues la guerra, como he mencionado, estaba casi concluida. La bomba de Hiroshima, que fulminó a unas 100.000 personas, no llegó a la monstruosidad de Dresde. Puede que podría acercarse al número de personas masacradas en el mismo periodo de tiempo pero en el caso de Hiroshima había un argumento de estrategia de guerra justificativa porque, aparte de la irresistible tentación que pudiera tener algún mando militar por la prueba de un nuevo ‘juguete’ bélico, la guerra del Pacífico se habría alargado unos cinco años más y habría costado muchas más vidas y sufrimiento de no haberse tirado la mortífera bomba atómica denominada “Little Boy”, ya que no era imaginable una rendición del Ejército japonés en la guerra convencional del momento; prueba de ello es la ausencia casi total de prisioneros hechos por los norteamericanos; morían todos arma en mano.
Los que planificaron la masacre gratuita de Dresde, y los que dieron su consentimiento en las altas esferas de sus respectivas naciones a que se llevara a efectos semejante barbarie, no se sentaron en el banquillo en el Proceso de Núremberg; fueron los vencedores y los vencedores no son juzgados, juzgan. No obstante, si el Todopoderoso hubiese sido el Presidente del Tribunal de Núremberg tal vez se habrían visto por allí caras de jefes de gobierno de la época hartamente conocidas, como habrían podido ser Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt, los dos Jefes de Gobierno que más aportaron a la derrota del Nazismo y el Fascismo en Europa. ¡Una verdadera lástima poner semejante mancha en tan brillantes Hojas de Servicios a la Humanidad! (Roosevelt murió el 12 de abril, dos mese después de este genocidio). Que la Alemania de la postguerra no denunciara y levantara la voz ante la difusión con sordina del genocidio de Dresde, achacado incluso a los vengadores soviéticos de Stalin para confundir en la vergüenza y deshonor que significaron estos bombardeos, es comprensible en un pueblo desarmado moralmente y acomplejado por el genocidio programado de millones de personas llevado a término por Hitler y los suyos; no obstante, los hechos son irrefutables e imborrables y están ahí para ver y contar. DRESDE FUE EL MAYOR GENOCIDIO DE PERSONAS, EN SU MAYORÍA ANCIANOS, MUJERES Y NIÑOS, QUE EN EL MENOR ESPACIO DE TIEMPO Y SIN JUSTIFICACIÓN ESTRATÉGIDA MILITAR ALGUNA FUE PERPETRADO EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
Tomando el hilo de nuestro asunto de España y la OTAN, podemos comenzar diciendo que España pidió en Washington su adhesión a la OTAN el 30 de mayo de 1982, en plena Guerra de Las Malvinas, de mano de Leopoldo Calvo Sotelo y su Gobierno; entró por la puerta de servicio, a calzón caído y en el momento menos indicado puesto que bien se podía haber retrasado algo su petición de ingreso y haber esperado hasta la finalización del conflicto de Las Malvinas. No hay duda que ni el momento ni la forma fueron los adecuados ya que en esa época Gran Bretaña, miembro de la OTAN, estaba inmersa en una confrontación armada contra Argentina a cuento de Las Islas Malvinas (tiempo bélico: 02-04-1982/14-06-1982), y, siendo Argentina una Nación hermana por innumerables conceptos, que España entrara en una alianza por la que estaba obligada a respaldar a Gran Bretaña en sus actividades bélicas contra cualquier nación que entrara en confrontación con Gran Bretaña, fue un total despropósito y una afrenta a lo Hispano. No obstante, dejando a un lado la metedura de pata en lo que al momento de la entrada en la asociación se refiere, podemos decir que, extraoficialmente, España estaba en la OTAN, en lo que tuviese que ver con una confrontación con el Bloque Soviético, desde 1953, fecha en que los EEUU, de la mano del General Eisenhower, conocedor de lo que significa logística militar y la importancia estratégica de España como retaguardia y plataforma de contraofensiva en el caso de una confrontación armada con la URRSSS, firmó con la España de Franco el Convenio de Defensa y Ayuda Económica Mutua, convenio que sacó a España del aislamiento internacional y del embargo económico en el que las democracias que lucharon en la guerra contra el Nazismo de Alemania y Fascismo de Italia tenían condicionada a España a causa de la ayuda prestada por España a la Alemania de Hitler, especialmente, en su recuperación de los estragos de nuestra guerra de “Todos contra Todos”. De forma no oficial España entró en esa fecha en la genuina OTAN, en la creada para contrarrestar la amenaza militar soviética, con la firma del convenio con los EEUU y la instalación de bases norteamericanas en España.
Años más tarde, en 1986, Felipe González y su Gobierno convocan un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN en el que los españoles apoyaron por mayoría la permanencia en el Tratado. Felipe González, en 1982 contrario a la entrada de España en la OTAN, apoyó en 1986 de forma decisiva su permanencia en la Organización. Los que mandan en las altas esferas, casi siempre inmersos en actuaciones puramente electoralistas, a veces también toman decisiones en beneficio de España. Este fue el caso de Felipe González con relación a la OTAN. Es una pena que en los días que corren es cada día más difícil encontrar una coherencia de los que nos gobiernan con la realidad de la calle y el respetar y hacer respetar nuestros compromisos internacionales.
Bueno, me dirá el lector, de Historia yo sé lo mío y no necesito más ‘rollo’, así es que ¿a qué viene todo esta palabrería escrita? Cierto, lector, cierto; voy al grano. Como dice el titular, la OTAN tiene un compromiso de defensa mutua con España, con la España que se conocía en la fecha en que dicho Tratado fue suscrito, es decir, una Nación única y unitaria en todos los destinos de la misma, para lo bueno y para lo malo, lo que significa que si tropas de la OTAN, por poner un ejemplo, tienen que ser acantonadas en cualquier punto de la geografía española para las actuaciones que haya lugar en situación de crisis bélica, puede, con el lógico asentimiento por parte de España, llevarlo a efectos. (Recordemos lo ocurrido en Cataluña en 1640 con el acantonamiento del Ejército español allí después de haber sido rechazado por el Ejército francés en su programada marcha sobre París en sintonía con nuestros Tercios de Flandes). Un contrato bilateral de dos socios, OTAN (compuesta de otras naciones) y España (una nación más del conjunto). Hoy, si bien sigue en vigor el ‘contrato’ con la OTAN por parte de ambos socios, hemos entrado en una vorágine de movimientos independentistas que llevan visos de desmembrar a España y convertirla en una especie de estados confederados donde cada uno irá por su lado y, en lo relativo al Ejército, muy difícilmente será que se pongan de acuerdo en lo básico que es costear el mantenimiento de un ejército regular de profesionales voluntarios ya que un ejército de leva es ya impensable en la España actual en la que el concepto Patria está devaluado a extremos insospechados. No es imaginable que el patrón norteamericano de Unión de Estados Independientes pueda ser de aplicación con éxito en las Españas, alias “Estos Países”, individualistas, insolidarias, ombliguistas y pueblerinas de nuestros días.
Ante esta situación, ya real en que la ruptura de la Unidad de España a través de los nacionalismos está cantada, no debe extrañarnos que la OTAN, nuestro socio de defensa mutua con la exclusión incomprensible de los territorios españoles de Ceuta y Melilla, se esté ya cuestionando cuál deberá ser su política a seguir con respecto a España en el caso de consolidarse un desmembramiento del Estado español vía las autonomías y tenga que cuestionarse qué gobierno tendrá en España la suficiente legitimidad, respaldo político y autoridad a escala nacional para tomar decisiones en el ámbito de actuaciones militares allí donde las obligaciones contractuales de la OTAN obliguen a sus miembros a apoyar e intervenir militarmente.
Hasta aquí pura normalidad, sobre todo teniendo en cuenta que el peligro de confrontación bélica que existía en tiempos pretéritos con la URRSS ya no existe y por ahora no hay visible en el horizonte una repetición de ese peligro pues no hay visos que pueda volver a suscitarse un clima de confrontación bélica con la actual Rusia ya que, desde el colapso y desintegración de su sistema socialista totalitario que comenzó con la caída del muro de Berlín en 1989, se ha convertido en una nación que está intentando ubicarse dentro del concepto europeo de libre mercado y su nueva masa empresarial abandona la sumisión debida al dirigismo vivido durante décadas y asume su responsabilidad en la creación de riqueza para su nación adaptándose y aceptando el reto de la economía de libre mercado de Occidente [¡ojo! libre no siempre en Occidente porque algunos naciones occidentales como España, para no ir más lejos, siguen aún, en gran medida, políticas intervencionistas de corte marxista] y la confrontación bélica de ideologías comunista-socialista / capitalista ya son aguas pasadas. Por tanto, ¿cabría preguntarse para qué la OTAN si no hay enemigo a la vista en posible ‘pie de guerra’ que pueda significar un peligro para las democracias occidentales? Es cierto, la utilidad actual de la OTAN puede ser cuestionada pero su desmantelamiento puede no ser aconsejable bajo ningún concepto porque, en primer lugar, siempre se dijo que “si quieres la paz debes prepararte para la guerra” y, en segundo lugar, por la influencia tan importante que tiene en las economías de las naciones que la integran, especialmente en las que más aportación económica hacen a la Organización y a la seguridad de todos sus miembros, ya que sus respectivas industrias de armamento, especialmente la de los EEUU, el ‘hermano mayor’ de la OTAN, cuyo gasto de defensa está alrededor del 4% de su PIB -duplica en demasía a Europa y Japón juntas-, no se puede parar, por muy pacifista que se sea, porque el hacerlo significaría una debacle económica en los EEUU, extrapolable de inmediato a todo el mundo Occidental. Como simple dato orientativo baste citar las cifras en números que representan el presupuesto de su Departamento de Defensa: el presupuesto de este Departamento en el año 2006, por citar un ejemplo, fue de 447.400 millones de dólares a los que hay que sumar 100.000 millones más de presupuesto extraordinario acordado para la Guerra de Irak. El número de personas dependientes de este Departamento era en esas fechas de 2.143.000 a los que hay que sumar 3.600.000 personas que trabajan en la industria privada de armamento, lo que sitúa la cifra de empleados dependientes del presupuesto de este Departamento, por ambos conceptos, en 5.743.000 personas. Como ejemplo muy sintetizado podemos ver el esfuerzo tan inmenso que los EEUU da a su industria de guerra y Europa se beneficia de ese esfuerzo porque son los EEUU los que llevan sobre sus hombros casi todo el peso económico de todas las actuaciones a gran escala, tanto las efectuadas con justicia y justificación como las que no, que, por desgracia, también las ha habido. No es ni siquiera imaginable que la ‘Torre de Babel’ que es la Europa de los mercaderes se pusiera de acuerdo en crear un ejército a gran escala con mando único para afrontar cualquier situación de peligro a menos que el peligro fuese del calibre napoleónico o de formato hitleriano y estuviese ya dentro de casa, en cuyo caso se unirían a calzón caído y cada uno por su lado contra el enemigo común. Sin la intervención de los EEUU en la última Guerra Mundial la victoria de Hitler y los suyos habría sido inevitable, y, vencido el nazismo, el manteniendo de su ejército en Europa hizo posible que el comunismo bolchevique no pudiese expansionarse aún más hacia la Europa Occidental, casi seguro a toda Ella. Sólo por los dos últimos conceptos citados la bandera de esa nación, a la que todo norteamericano tiene un respeto encomiable, es merecedora del máximo respeto siempre que desfile por delante de cualquier europeo y, por supuesto, también de nosotros los españoles, incluidos, como ejemplo, nuestros Jefes de Gobierno y aspirantes al cargo.
En todo caso, la OTAN necesita a España y España necesita a la OTAN; además debe negociarse nuevamente su status dentro de la OTAN y buscar la manera de incluir en el mismo a los territorios españoles de Ceuta y Melilla que, incomprensiblemente, fueron dejados descolgados de la protección de su ‘paraguas’. Consecuentemente, tenemos que llegar a la conclusión siguiente:
Las veleidades separatistas e independentistas que está en marcha en toda la geografía de la Piel de toro, y también aunque en re menor en sus islas anejas, crea una situación excepcional de país miembro ante la cual los máximos dirigentes de la Organización Atlántica no tendrán menos que cuestionarse hacía dónde se encamina su importantísimo socio del Cono Sur de Europa y cuál deberá ser su política a seguir si su interlocutor válido representado en la Jefatura del Estado español y su Gobierno es cuestionado por gran parte de las diecisiete autonomías o ‘Reinos de Taifas’ en los que lleva camino de convertirse la España pretérita. La irresponsabilidad de los ‘desmadrados’ es de tal calibre, y la de los que tienen a su cargo el mantener a ‘las ovejas’ dentro del ‘redil’ es tan incomprensible, que quienquiera que nos esté observando de los Pirineos para fuera se estará preguntando que qué clase de virus ha entrado en la Piel de Toro que hemos olvidado que Europa se ha unido, el mundo se ha globalizado y que pertenecemos como una única Nación, España, a dos Organizaciones del calibre de la UE y la OTAN y que con Tratados de sus respectivas alturas no se puede entrar en chalaneo de ningún tipo. Corremos el riesgo de ser echados de la zona euro por no controlar nuestro déficit, que ya es de ciencia ficción, y corremos el riesgo, también, de ser expulsado de la OTAN por falta de posible interlocutor válido, aunque pudiera ser previsible que los EEUU permaneciera en Rota y Morón en período ‘transitorio indefinido’ como contrapartida por las inversiones hechas en suelo español para la seguridad mutua y aún no amortizadas. ¿Qué Gobierno con la suficiente legitimidad y respaldo a escala nacional podría enderezar esa situación si se presentara? ¿Podríamos vivir en España otro Gibraltar, que es una caca de mono gibraltareño comparado con la base conjunta con los EEUU y la OTAN de Rota? [A título informativo: Gibraltar tiene una superficie de 7 Kms 2 (siete mil m2) y la Base Aéreo-Naval de Rota tiene unos 6.000 acres (alrededor de 24.280.000 m2), a los que se le suman la vecina base aérea de Morón. Logística militar: Gibraltar está ubicada en el Mediterráneo y su acceso desde el Atlántico tiene que ser a través del Estrecho por lo que puede ser bloqueado desde Sierra Carbonera y desde el Acho en Ceuta. La base de Rota está abierta al Atlántico y su acceso es imposible de bloquear si existen las defensas adecuadas por mar, tierra y aire. El aeropuerto de Rota, junto con el de Morón, indispensable en cualquier base militar que se precie, puede acoger todo tipo de aviones. El aeropuerto clandestino de Gibraltar sólo tiene pista para acoger a ‘cafeteras’ voladoras].
Termino diciendo que, a mi criterio, el camino de desintegración que ha escogido España en los últimos años es el despropósito mayor que se ha vivido en la Piel de Toro desde los tiempos de los romanos. Es inaudito que en el siglo XXI, época de la globalización, mentes lúcidas y letradas apuesten por la quiebra del Estado español, por la desintegración de su unidad territorial y por todo lo negativo que ello significa para España, para los españoles y también para los que no quieren ser definidos como tales.
Las Palmas de G.C., 21 de abril del 2010.
Daniel Garzón Luna