"CANARIAS SE LA JUEGA"....dice José Carlos Mauricio
Se puede decir que hoy, 23 de junio de 2013, Gran Canaria tiene una importante razón para estar de enhorabuena. Me permito aseverar, con rotundidad, que hay sobrados motivos para ello y me refiero al contenido del artículo de opinión que José Carlos Mauricio publica hoy en el diario de papel "La Provincia/DLP" en su página de "Economía".
La pregunta que ahora se hará el lector puede ser la siguiente: ¿Y qué tiene tan especial el artículo de José Carlos Mauricio para convertirse en un acontecimiento tan importante para Gran Canaria en el día de hoy? Sí tiene mucho de especial, ¡ay que si lo tiene! Veamos:
En primer lugar hay que mencionar que detrás de José Carlos Mauricio hay una ideología que ha tenido y sigue teniendo mucho peso en Gran Canaria, es decir, Mauricio no está solo.
A continuación voy a transcribir dos escuetos párrafos sacados de dicho artículo que me servirán de punto de partida para argumentar mi aseveración. Transcribo:
-"Tenerife tiene un potencial de 4 millones en vez de los 3.800.000 actuales. Tiene una ventaja competitiva de 65.000 camas de máxima categoría, por las 35.000 de Gran Canaria. Lo hicieron bien, pero no pueden crecer mucho más. Su prioridad ahora es renovar a fondo, sobre todo en el Puerto de la Cruz.
-Gran Canaria tiene el mismo potencial: 4 millones de turistas. Por ahora, sólo cuenta con 2.800.000. No supo apostar a tiempo por el hotel de máximo nivel y se quedó sólo en 35.000 plazas. 30.000 menos, un millón de turistas menos, mil millones de facturación menos."
En estos dos párrafos definitorios de la oferta turística de Tenerife y Gran Canaria se encuentra condensada la larga travesía del desierto que le ha tocado vivir a Gran Canaria desde que en el 1992 el Cabildo de Gran Canaria decretara la suspensión cautelar de toda licencia turística durante la redacción del PIOT que fue definitivamente aprobado por el Gobierno de Canarias en 1995, PIOT injusto y arbitrario que plagó de contenciosos la Sala de lo Contencioso del TSJC y paralizó todo el crecimiento turístico en la década de los noventa en la Isla de Gran Canaria.
Y ahora viene la explicación del porqué la inserción de estos dos párrafos del artículo de José Carlos Mauricio y, también, el porqué las negrillas del último párrafo:
José Carlos Mauricio dice que Gran Canaria "No supo apostar a tiempo por el hotel de máximo nivel y se quedó sólo en 35.000 plazas" pero se calla Mauricio que fue él y sus afines comunistas los que coparon todos los puestos claves sobre el territorio en la década de los noventa en Gran Canaria -en el escrupuloso reparto de dominios entre CC de Tenerife (ATI) y CC de Gran Canaria (ICAN-, y, consecuentemente, todas las decisiones sobre la planificación del suelo en Gran Canaria quedó en mano de su equipo ideológico, tanto por la parte del Cabildo como por la de la Consejería de Política Territorial del Gobierno de Canarias y su dirección general de urbanismo. ¿Consecuencias? Las acabamos de ver en los dos párrafos insertados del artículo de José Carlos Mauricio: Tenerife, espoleada por ATI -el empresariado de Tenerife, especialmente el turístico- creció a toda máquina en lo que el mercado turístico exigía: hoteles de alta categoría. ¿Resultados al día de hoy: 30.000 camas hoteleras más que Gran Canaria.
¿Y por qué Gran Canaria "no supo apostar a tiempo por el hotel de máximo nivel", como dice Mauricio, al igual que hizo Tenerife, se preguntará el lector? Pues muy sencillo, porque los hombres de ICAN a través de sus puestos claves en Política Territorial en Gran Canaria, -algunos destacados como Fernando Redondo, Consejero de Político Territorial,Faustino García Márquez, Director General de Urbanismo del Gobierno autónomo, y Fernando González consejero de Política Territorial en el Cabildo grancanario- dispusieron la congelación de las licencias turísticas en 1992, desclasificaron y convirtieron en rústico protegido todo el suelo turístico en la Costa de Mogán, hotelero casi en su totalidad, y mantuvieron esa situación hasta que en 1998 el Tribunal Supremo anuló definitivamente el fatídico PIOT de 1992.
Como podemos ver, no fue gratuito que Gran Canaria no pudiera 'hacer sus deberes' y poner su oferta turística a la altura que demandaba el mercado en calidad y número de camas, sino que fue la consecuencia de la supresión de todos los proyectos hoteleros en marcha a la sazón en Gran Canaria, especialmente en la Costa de Mogán, y aquí jugó un papel casi absoluto José Carlos Mauricio y todos sus afines ideológicos colocados por él en los puestos decisorios sobre el territorio.
Cabe preguntarse si aparte de las consecuencias dimanantes de la congelación del crecimiento hotelero y laminación de los proyectos en marcha que se produjo en toda la década de los noventa en Gran Canaria y, por ende, su desventaja en su oferta hotelera de calidad con relación a Tenerife ¿ha tenido esta desventaja de la oferta hotelera grancanaria alguna otra consecuencia, también negativa para Gran Canaria, desde el año 2.000 hasta la actualidad? Sí la ha tenido y, además, demoledora. Me explico:
Como ya he mencionado, a lo largo de la década de los noventa Tenerife puso en pie una oferta hotelera de nuevo cuño, de calidad y número de camas, distanciándose de la oferta grancanaria en esas 30.000 camas que mencionaba José Carlos Mauricio. A partir de esta incuestionable supremacía de la oferta hotelera que le garantizaba el convertirse líder incuestionable de la oferta turística canaria en total sintonía con la demanda del mercado, correspondía, dentro de la mentalidad hegemónica tinerfeña, poner barreras al crecimiento hotelero en la Isla de Gran Canaria que por su superioridad en playas y clima podría ser una muy seria competencia para Tenerife.
Y es aquí, en este contexto, en el que entra en escena ATI (no olvidemos que representa todo el empresariado turístico tinerfeño), que con fuerte influencia en el Gobierno de CC, inicia la 'movida' para poner en marcha el primer Decreto de moratoria de enero de 2.001, el cual cuenta con la imprescindible y decisiva colaboración del presidente del Gobierno canario, a la sazón Román Rodríguez, y con la complicidad de las izquierdas grancanarias, especialmente ICAN y PSCgc, siempre aprovechando toda oportunidad de apretar la tuerca del intervencionismo, y, también, ocasionalmente, del Partido Popular. Este Decreto de moratoria, al ser anulado por los Tribunales, tiene su continuidad en otro Decreto de moratoria que conlleva a la Ley de moratoria de abril de 2003 y que sigue el 'rosario' de moratorias hasta nuestros días en que el 'símbolo' de la moratoria, después de su aprobación por el Parlamento de Canarias el 28 del pasado mes de mayo, ha pasado a ser de 'veneración' permanente.
Ahora corresponde añadir que si no se hubiese producido el brutal desequilibrio entre la oferta hotelera tinerfeña y grancanaria a partir de finales de la década de los noventa, las sucesivas moratorias no habrían tenido razón de ser ya que el empresariado turístico tinerfeño no habría tenido que proteger la hegemonía de su oferta con el frenazo al crecimiento hotelero en otras islas, en especial Gran Canaria, porque las dos islas mayores habrían estado muy equilibradas y, de haberse decretado una moratoria habría sido igual de lesiva para todas las islas y no sólamente para Gran Canaria. Con esto doy respuesta al interrogante sobre si la congelación del crecimiento hotelero de Gran Canarias en la década de los noventa tuvo alguna otra consecuencia negativa añadida. Sí la tuvo: las sucesivas moratorias, que no ha sido poco precisamente.
Escrito lo escrito, y después de dejar meridianamente claro que José Carlos Mauricio y sus afines ideológicos han jugado un papel determinante en esa hegemonía turística que Tenerife ejerce sobre Gran Canaria -papel en el que Román Rodríguez y su equipo ocupó lugar destacado-, tengo que volver al comienzo de este escrito y explicar por qué el artículo de José Carlos Mauricio hace del día de hoy un día de muy buenas noticias para Gran Canaria de las que hay que felicitarse y voy a ponerlo en muy pocas palabras:
El contenido del artículo de Mauricio que me ocupa no tiene, en lo positivo, desperdicio alguno y, si lo tiene, es muy escaso; es como la noche y el día de lo que ICAN postuló y llevó a la práctica, para escarnio de Gran Canaria,en todo el recorrido de política del suelo desde 1992 hasta que dejó de ocupar despachos de toma de decisiones importantes sobre el suelo y pasó el testigo en Política Territorial al equipo "nonista" de Paulino Rivero (ATI).
LA POLÍTICA DE ICAN SOBRE EL TERRITORIO FUE LA NOCHE PARA GRAN CANARIA Y LO QUE HOY POSTULA JOSE CARLOS MAURICIO EN SU ARTÍCULO ES EL DÍA PARA esta Isla.
He criticado mucho, muchísimo a través de los años a las moratorias y estrangulamiento del crecimiento hotelero de gran Canaria que siempre tuvo en las izquierdas de ICAN sus más acérrimos valedores; no obstante, el que José Carlos Mauricio asuma con la claridad y sin equívocos que Gran Canaria "no supiera apostar a tiempo por el hotel de máximo nivel" y exponga las necesidades turísticas de Canarias, la independencia de cada Isla para planificar sus respectivos desarrollos turísticos dentro de un contexto general canario, la libertad de crecer en establecimientos de calidad en el suelo turístico programado, la no postulación de imposiciones de porcentajes al crecimiento -siempre atados a posibles tráfico de influencia-, ha lugar a vislumbrar, si sus afines ideológicos comparten esas miras,que siguen teniendo mucho peso en Canarias, un nuevo despertar para Gran Canaria.
José Carlos Mauricio ha rectificado y, como quiera que con relación a las moratorias los únicos partidos políticos que han rectificado han sido el PP y Onelio Ramos del Partido de Gran Canaria, sólo tengo que añadir a lo aquí escrito sobre la sabia rectificación de José Carlos Mauricio una palabra: 'CHAPÓ', en letras grandes.
A continuación inserto íntegramente, escaneado, el mentado artículo de José Carlos Mauricio que hoy ocupa esta página de mis blogs.
Las Palmas de Gran Canaria, 23 de junio de 2013.
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