GRAN CANARIA EN SU ENCRUCIJADA (b)

GRAN CANARIA EN SU ENCRUCIJADA (b)

sábado, 6 de octubre de 2007

LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y VI)







LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y VI)
MOVILIDAD POR MEDIO DE GUAGUAS URBANAS (SERVICIO A CREAR)
La zona turística sureña, desde Bahía Feliz hasta Meloneras con inclusión de los pueblos aledaños de San Fernando, El Tablero Y las ramificaciones de Montaña La Data y El Salobre, alberga una población de hecho de unos 130.000 habitante, de los cuales unos cien mil son turistas que se alternan.
No hay servicio público urbano de guaguas en toda esta zona turística; sólo un tímido pero muy loable paso de los servicios de guaguas interurbanas desde Las Palmas capital y otros puntos de la Isla en sus rutas hacia el Sur/Suroeste y viceversa. Por muy inverosímil que parezca, la zona turística del Sur de la Isla, el pulmón económico machaconamente repetido hasta la saciedad por todo quisque, que comprende una extensión de unos diez kilómetros de costa y unos ocho de la costa hacia las montañas, que alberga una población de unas 130.000 personas de hecho -unos cien mil turistas y unos treinta mil residentes-, masa de personas equivalente al 38% de los 377.056 habitantes que tiene Las Palmas capital ¡el 38%!, no tiene servicio de transporte urbano de guaguas, y todo ello después de cuarenta años que comenzara la explotación y vertiginoso desarrollo de la zona, hoy emporio turístico, que se ha convertido en la mayor concentración de camas turísticas en una sola zona que existe en toda España.
Y bien, ¿Cuáles son las consecuencias que esta ausencia de transporte público urbano de guaguas ha tenido y sigue teniendo para la zona turística y pueblos aledaños? Las consecuencias son relevantes, tanto en lo que a la población residente atañe como al visitante o turista, y, también, en lo que al conjunto de núcleos urbanos en sí mismos se refiere. Con relación a los núcleos urbanos, existe un divorcio tácito entre toda la zona turística sureña y los núcleos poblacionales aledaños de residentes como son los pueblos de San Fernando y El Tablero, por ejemplo; la carretera GC-500 ha ejercido un efecto ‘separatista’ férreo, especialmente desde el desdoblamiento de esta vía, entre la población flotante de las urbanizaciones turísticas y los pueblos de residentes. Las ‘incursiones’ de turistas que atraviesan ese ‘cinturón de hierro’ desde Playa del Inglés hacia San Fernando, por ejemplo, es puro anecdótico si se sopesa las decenas de miles de turistas que pueblan las urbanizaciones turísticas, que se renueva constantemente y cuyo interés, por lo tanto, tiene permanente continuidad.
En lo que al residente se refiere, la ausencia de guaguas urbanas ha tenido y tiene repercusiones muy negativas de movilidad dentro de la zona sureña y está obligado a disponer de vehículo propio para poder ejercer cualquier actividad, tanto profesional como de carácter privado, cosa que justifica que San Bartolomé de Tirajana, que tiene una población de derecho de 50.000 habitantes aproximadamente, esté a la cabeza de municipios que con ese número poblacional tenga más coches por familia en todo el territorio nacional; este hecho, si bien tiene la vertiente positiva de la libertad de movimiento individual por tener vehículo propio, no deja de ser una carga económica y síquica importante para la gente joven que se incorpora al mercado de trabajo, por lo general a un puesto de trabajo en precariedad, y tiene ya que endeudarse de entrada con la adquisición de un vehículo y vivir la angustia de cómo hacer frente a las letras si no hay renovación de contrato que, incomprensiblemente en una zona que vende servicios y tan importante es fidelizar al cliente como al empleado, es lo habitual.
En lo relativo al visitante o turista, los factores negativos se centran en la falta de conexión vía transporte urbano de guaguas entre las siete u ocho urbanizaciones que componen la zona turística entre sí y, también, con los pueblos aledaños, cosa que ha influido en gran medida a que el visitante pierda interés por deambular por otras zonas y se limite a las del entorno donde se aloja, motivo éste que limita las vivencias del turista y sus experiencias se circunscriban a un entorno muy reducido en detrimento de una visión más amplia de Gran Canaria. Aquí pueden haber jugado un papel importante dos conceptos distintos pero relacionados entre sí como es que nuestros visitantes vienen de países en los que el transporte público de autobuses, sobre todo, es utilizado por sistema y el taxi en determinadas ocasiones, factor que crea una predisposición mental determinada, y otro es que el salir de una urbanización de la zona turística a otra implica el pasar forzosamente por la carretera general GC-500 que, hasta la apertura de la autopista hacia el Sur/Suroeste, ha sido de hecho una autopista de cuatro carriles, trazado que perdura al día de hoy.
Ahora puede presentarse el interrogante: ¿en qué puede haber influido la ausencia de transporte urbano de guaguas en la decadencia de la zona turística del Sur? A mi criterio, el mayor motivo que puede haber influido ha sido que las distintas urbanizaciones de la zona turística se han convertido en departamentos estancos con ausencia de suficiente fluidez en la comunicación vial entre ellas mismas y también con los pueblos aledaños. ¿Alguna forma de reorientar esta situación de divorcio entre la zona turística del Sur y los pueblos aledaños, así como entre sus propias urbanizaciones? Sí lo hay y pasa inexcusablemente por la instauración inmediata de un servicio urbano de guaguas que complemente el servicio de taxis de forma que el turista sienta el deseo de conocer y moverse por todo lo que el Sur tiene que ofrecerle; lógicamente este servicio urbano de guaguas tendría que ser con vehículos modernos dotados de aire acondicionado y rampas de acceso para inválidos en sillas de ruedas, de acuerdo con lo que estipula la Ley al respecto. No hay duda que un servicio de este tipo podría influir muy positivamente en animar a los clientes a moverse más por todo el Sur dándole más vida, especialmente ayudaría a ‘sacar’ a los turistas del “todo incluido” de sus complejos y animarles a consumir en otros puntos del Sur, bien en las propias urbanizaciones turísticas o en los pueblos aledaños. La imperiosa necesidad de que la carretera GC-500, de cuatro carriles, se convierta en vía urbana con carril de bicicletas desde Morro Besudo hasta la rotonda de la Viuda de Franco ya la contempla el Plan de Renovación del Sur del Cabildo por lo que, se supone, será un hecho en breve. (Ver información gráfica al respecto en mi página Web).
Una pregunta inevitable para terminar: ¿a cuál de las tres Administraciones que han asumido el proyecto de reflotar la ‘nave’ turística del Sur le corresponde crear un servicio urbano de guaguas en la zona turística y pueblos aledaños?
Próximo capítulo (VII). ESCALERAS MECANICAS Y ASCENSORES EN LA BAJADA A LA PLAYA POR EL ANEXO II.
Las Palmas de G.C., 5 de octubre de 2007.
Daniel Garzón Luna
MISMO ARTICULO CON IMÁGENES EN MI PAGINA WEB: http://danielgarzonluna.blogspot.com

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